29 de enero de 2017

El bombardeo de Guernica

En la tarde del 26 de abril de 1937, en plena Guerra Civil, la pequeña ciudad vasca de Guernica fue objeto de un cruel bombardeo que duraría más de tres horas, llevado a cabo por la Legión Cóndor alemana junto a la Aviación Legionaria italiana, en la llamada Operación Rügen.

Aquel 26 de abril era lunes y Guernica debía celebrar su día de mercado semanal pero el alcalde lo había prohibido debido a la cercanía del enemigo. En el recuerdo de todos estaba la compleja evacuación de la ciudad de Málaga cuando el 8 de febrero alrededor de 150.000 personas, entre civiles y milicianos, huían del avance de las tropas franquistas.

Eran aproximadamente las 16:30 de la tarde cuando los vecinos oyeron las campanas de la iglesia tocar a rebato y empezaron a correr buscando los refugios de la Junta de Defensa Municipal. Por el horizonte y a gran altura se veían avanzar a los Junkers, se oía vibrar sus hélices y rugir sus motores. Volaban en perfecta formación junto a los Savoia, Dornier y Messerschmitt escoltados por los cazas Heinkel. El primer avión, después de dar unas vueltas sobre la Villa, soltó tres bombas explosivas.

El ataque se planificó en tres tiempos: primero fueron lanzadas bombas rompedoras de hasta 250/300 kg. Para destruir los edificios, seguidamente bombas incendiarias de 1 kg. de peso, de las que se recogieron abundantes ejemplares entre los escombros y, finalmente, el ametrallamiento de la población.

La razón del ataque no podía ser la existencia de depósitos de armas, ni cuarteles o tropas, ni objetivos estratégicos ni que la villa fuese un nudo de comunicaciones. Guernica carecía de cualquier importancia militar o estratégica.

La vergonzosa razón fue probar en fuego real los nuevos aviones y su armamento, ante el avecinamiento de la Segunda Guerra Mundial.

Los partes de guerra de la Legión Cóndor establecían como objetivo el puente situado en el barrio de Renteria, lugar de paso del ejército vasco en retirada. Pero este puente, así como la zona industrial, donde se encontraban las fábricas, quedaron intactos y la parte alta de la villa, donde se alzaban las casas nobles, apenas si sufrieron los impactos. El núcleo central de la villa, sin embargo, resultó completamente destruido.

El horror que causó este episodio fue muy alto en la opinión pública internacional, no sólo por el sacrificio absurdo de inocentes, sino, sobre todo, por ser la primera vez en la Historia en que se atacaba desde el aire una ciudad.

Para explicar lo inexplicable Franco, en una delirante declaración, echó la culpa del ataque a los rojos, que habrían destruido una ciudad de su zona para después acusarle a él. Evidentemente, esa patraña no se la creyó nadie.

La solidaridad del mundo con Guernica fue inmediata y el genial artista español Pablo Ruiz Picasso, en menos de dos meses pintó un enorme mural que exhibió en la Exposición Internacional de París (1937). Esa obra se convirtió en una denuncia contra los horrores de la guerra.



Fuentes:
* https://castillainfo.wordpress.com/2014/04/29/operacion-rugen-el-bombardeo-de-guernica
* https://www.ecured.cu/Operaci%C3%B3n_R%C3%BCgen
* http://zesatek.blogspot.com.es/2012/04/operacion-rugen.html


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